COSAS QUE PASAN
Paco sale rápido hoy del trabajo, él tiene que
recoger al niño. Deja el coche en doble fila, abre el paraguas y espera a
Miguel. Mira el reloj desesperado, mira al coche, saluda a padres sin darse ni
el codo ya que con el paraguas es misión imposible. Hay saludos que sólo son
girar la cabeza o un guiño, ya se ha dicho todo. Miguel sale de la mano de su
amigo Jaime, y ambos padres les recriminan pero "de buen rollo", los
mayores se despiden, y a toda velocidad, lava las manitas de Miguel, le ajusta
el gorro de lana y lo lleva en volandas hasta el coche, detrás, le da el móvil
para que en el camino vaya viendo Peppa Pig. Miguel no habla durante todo el
camino, va absorto en los dibujos de la cerdita saltando en el charco. Paco le
pregunta que tal el día, si dibujó con los lápices nuevos, si ha aprendido ya a
hacer con la plasti lo que la profe le dijo. Miguel sigue mirando la pantalla
que refleja unos ojos oscuros. Llegan a casa, niño en brazos, paraguas abierto,
¿mochila nueva de Los vengadores?. En el ascensor, el papá quita por fin el
gorro a Miguel, la mascarilla también nueva del Capitán América. Miguel lo mira
y sonríe levemente. A Paco se le descompone la cara. Se abre el ascensor y
entra en casa. Manuela, su madre, no sabe si reírse o llorar. Coge su móvil y
marca. "Loli, cariño...mira su Juan se llevó a mi hijo, que mi marido se
ha traído al tuyo". 
Y es que con el gorro, chaquetón, mascarilla y
ojos típicos de andaluz, quién no tiene que mirar dos veces si el niño que
recoges un día de lluvia y metes bajo un paraguas, no es el tuyo?

